Hoy, en el dia mundial contra el Cáncer de Mama, hay muchas mujeres que han demostrado romper moldes, y nos han enseñado a todos que vivir es maravilloso, y que está por encima de todo lo demás. Que está por encima de las lagrimas que supone que te tengan que quitar un pecho, o incluso los dos.
Me maravilla la fuerza que sacan de algún sitio, que muy probablemente, ni siquiera ellas sabían que la tenían.
Seguro que todos, o casi todos, tenemos o hemos tenido un caso cercano que nos ha tocado.
El caso que me tocó muy de cerca fue el de mi tía "Lo". Y hoy quiero dedicarle este post a ella, porque es un ejemplo para mí.
"Lo" es mi tía la más pequeña. Cuando yo nací, ella tenía 18 años, y tuve la suerte de que me cuidara cuando era bebé hasta que cumplí 3 años, para librarme de la guardería. Aquello creó unos lazos tan fuertes que hizo que siempre la haya considerado mi hermana mayor.
"Lo" y yo compartimos todo tipo de confidencias como hacen las hermanas... pero aquel día el secreto que me pidió que guardará era más grande de lo que yo era capaz de asimilar...
Nunca se me olvidará aquel domingo por la tarde, terminando de repartir una de nuestras ultimas pizzas de la semana, en el que me dijo que tenía un bulto en el pecho, pero que por favor no se lo dijera a nadie hasta que tuviéramos los resultados... De esto hace ya unos 7 años. Prometí no decir nada y cuando llegue a casa me encerré en el baño y empecé a llorar pidiendo que no fuera nada... Pero como si no hubiera nadie escuchando, al cabo de los días, supimos que era cáncer, y no precisamente de los facilitos... Tampoco olvidaré el día en el que mis padres me pidieron que me sentara en el salón, porque tenían que contarme algo... Por aquel momento, ya toda la familia sabía todo, y pudimos compartir juntos el dolor, el miedo de lo desconocido, y la esperanza de que estábamos seguros que se iba a recuperar y que todo saldría bien.
Recuerdo la unión que se produjo entre todos, compartiendo la esperanza y la fuerza de que era un reto que íbamos a pasar juntos.
Mamá incluso pensó en que todas nos rapáramos la cabeza... Pero la verdad es que nunca llegó a contarnos la idea, y no lo hicimos. Pero habría sido un gesto, que no nos habría costado nada, para hacerlo con ella.
"Lo" pasó seguramente los peores momentos de su vida, pero hubo algo que no perdió nunca, su sonrisa y sus ganas de vivir en todo este proceso, que fue bastante largo y por supuesto duro, entre operaciones, quimio, radio y más historias que fueron apareciendo...
Hoy, 7 años después, "Lo" está felizmente con nosotros, siendo la misma loca de siempre, divertida, trabajadora incesante, cariñosa y gritona. Tiene una fuerza que muchos de nosotros quisiéramos tener, para poder con todo lo que ella tiene.
Estar con "Lo" es ver que la vida es increíble, y que a pesar de las adversidades nuestra mente es la que decide si quieres vivir intensamente o no... y ella lo tenía claro. Muy claro.
Lo, gracias por el ejemplo que nos das todos los días. Eres un ejemplo para mi. Te quiero.
